miércoles, 3 de julio de 2013

A Glorioso Aguiar

Tú sabías que la realidad 
no vive de palabras.

¡Parece tan fácil entenderlo!

Tan obvio que es trivial
Tan trivial que es obvio

Pero entonces, ¿por qué 
no soportamos existir en silencio
o en los corazones pervive 
la tristeza y el odio?

Tocabas la realidad sin coartadas
                         ni astucia.
Te desplazabas en el tiempo
               sin necesidad de tiempo.

Tu paciencia y bondad
fue suficiente para amarte siempre

pero tu hijo te dejó solo

porque andaba prisionero de las ideas
y desmanes de su locura

idiota
apátrida
ciega
usurera.

No pude verte por andar
viendo el mundo
que no era el mundo real.

Ahora que la soledad y la muerte
vienen a por mi y asoman el hocico
hediondo y tieso
ningún arrepentimiento ni súplica
te traerán de regreso.

¿Por qué escribo
si estas palabras son tan inútiles
            como todas las palabras

que el hombre inventa para huir
de sí mismo en la ilusión
de una libertad que no existe?

Padre, ¿puedo ofrecer mi vida por ti?

Miro a mi nieto jugar
Va a llover y es miércoles y 
mañana jueves y luego viernes

Todo se vuelve simple y grande.
El mundo siempre fue un lugar hermoso.

Entra, no te mojes.

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